Somos protagonistas de nuestras vidas. Tomamos decisiones sobre nuestros cuerpos. Tenemos derechos y exigimos que sean respetados.
Las trabajadoras sexuales aprendimos mucho en estas décadas sobre cómo
trabajar para terminar con la epidemia del VIH/SIDA. Aprendimos que lo primero es
construir organizaciones desde nuestra identidad. Por eso, tan importante como
organizarnos, es reconocernos como trabajadoras. Y desde el valorarnos como
trabajadoras sexuales, hacernos fuertes. Para denunciar las violaciones a los derechos humanos. Para exigir políticas públicas a nuestros gobiernos. Para sensibilizar a equipos de salud y acceder a una atención integral. Para lograr una regulación del trabajo sexual que nos brinde mejores condiciones jurídicas de terminar con el estigma y la discriminación. Para lograr, a partir de todas estas acciones, una respuesta integral al VIH/SIDA.
En el siguiente documento podrá verse el detalle de nuestra posición respecto de este asunto fundamental que compete a nuestra salud y organización. Resaltamos lo aprendido en estos años, recorremos algunos acontecimientos y señalamos la agenda y clave para seguir trabajando.