Desde OTRASEX, realizamos este miércoles 15 de noviembre nuestra mesa de trabajo con actores claves, en la cual presentamos los resultados del “Estudio sobre sobre Violencia Institucional hacia trabajadoras sexuales en 13 países de América Latina y el Caribe: Informe nacional República Dominicana»

En dicha actividad, Míriam González directora de OTRASEX, compartió que “en los resultados de las encuestas se visibiliza la ausencia de soluciones judiciales, al momento de interponer una denuncia por parte de las mujeres trabajadoras sexuales, reflejándose temor y falta de confianza en la justicia dominicana”.

Miriam también expresó que esta es una tendencia en el ejercicio del trabajo sexual, que se da con mayor porcentaje en mujeres jóvenes en los rangos de edades entre 19 a 30 años. “En el Informe se muestra que un 10% de 400 trabajadoras sexuales encuestadas han realizado denuncias sobre las violencias que ejercen sobre ellas y un 87% no han denunciado por miedo a represalias, por vergüenza, por desconocimiento de cómo realizar la denuncia, por miedo a ser discriminadas, porque no les han querido tomar las denuncias o por tener otras causas abiertas”.

En ese mismo tenor, nuestra compañera insistió en que la falta de vigilancia, por parte del Estado, al ejercicio de las funciones de las fuerzas de seguridad les permite a los policías cometer diferentes tipos de violencia hacia las trabajadoras sexuales. “Violaciones sexuales, robo de sus objetos, obligarlas a tener relaciones sexuales para no denunciarles, sobornos, extorciones, amenazas verbales, apuntarles con un arma, manoseos, golpes, empujones y tirones, son los hechos que experimentan, muy a menudo, nuestras compañeras en el ejercicio del trabajo sexual”.

Por tales razones, desde OTRASEX entendemos que es importante la materialización de una ley que regularice el trabajo sexual en el país, para así evitar todas estas violaciones a nuestros derechos. Normativa adecuada que no sólo beneficiaría a las trabajadoras sexuales nacionales sino también a las extranjeras, tales como las haitianas, venezolanas y chilenas que residen en el país y ejercen el trabajo.