La actual crisis mundial a causa del COVID-19 nos golpea fuertemente a las Trabajadoras Sexuales, enfrentamos un momento en el que queda al descubierto la naturaleza de nuestros reclamos, pero también la falta de voluntad política de los Estados que ante esta situación nos vulnera doblemente. Este presente nos deja a todos y todas las trabajadoras de la economía informal en el escalón más lejano en acceso a derechos. Lo que tienen que abolir es la violenta diferenciación de clases, no nuestro trabajo.

El llamado de los últimos días de casi todos los gobiernos a nivel mundial ha sido a que todas las personas seamos responsables y nos quedemos en nuestras casas para no propagar el COVID-19. Pero es por lo menos curioso que nos hablen de responsabilidad las personas que desde los órdenes políticos y públicos jamás se han hecho responsables de la gran parte de población que integramos las Trabajadoras Sexuales: la de lxs trabajadorxs de la economía informal.

La crisis por la que atraviesa la humanidad entera desmantela la injusta condición de clases en la que vivimos, y nosotras, las Trabajadoras Sexuales estamos ahora mismo en una doble condición de vulnerabilidad, sin embargo no existe absolutamente ninguna política pública ni Ley que nos cobije.

Si el problema es la cercanía entre personas lo solucionan con el aislamiento, pero no todo el mundo puede hacerlo, por lo tanto el aislamiento se ha convertido en privilegio. Esa solución que proponen, a la población de trabajadorxs de la economía informal en general, y a las Trabajadoras Sexuales en particular: no nos sirve.

Las Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe llevamos décadas tratando de que entiendan que nuestras necesidades se solucionan con el reconocimiento de nuestros derechos, para que podamos acceder a condiciones laborales, sanitarias y económicas justas, quizá, si nos hubieran escuchado a tiempo habría más herramientas para hacerle frente a un momento de crisis mundial como este.

Tenemos necesidades básicas para cubrir y como siempre, entre nosotras que nos estamos ayudando. En cada país, en cada calle, plaza y esquina de Latinoamérica y el mundo estamos encontrando mecanismos para estar sanas y no dejar de llevar alimento a nuestras mesas, mientras tanto los Estados siguen ausentes.

Las Trabajadoras Sexuales sabemos de lo que se trata superar adversidades, y confiamos en que como humanidad podemos superar esto, pero exigimos ahora más que nunca a los Estados, que sean ellos los que actúen responsablemente, ya que es inadmisible, que ante emergencias sanitarias de orden mundial, nos encontremos una gran parte de la población bajo la completa intemperie y desprotección. De esta vamos a salir, pero esto no nos puede volver a pasar nunca más.

Somos una enorme población votante en la región, pagamos impuestos, somos mujeres trabajadoras y el 98% de nosotras somos cabezas de hogar.

¡Exigimos a todos los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe que convoquen a las Organizaciones Nacionales de Trabajadoras Sexuales de cada país, para definir conjuntamente medidas que nos cubran de la intemperie y la profunda injusticia e inequidad a las que nos has expuesto!

Latinoamérica y el Caribe
Marzo de 2020